El vidrio templado es uno de los materiales más utilizados en la arquitectura moderna, empleado como elemento estructural en muros cortina, aunque también lo podemos encontrar en otros lugares como marquesinas, mamparas de ducha,puertas,barandillas…etc
El vidrio templado recibe un tratamiento térmico en su fabricación que le confiere unas propiedades mecánicas especiales, entre ellas destaca:
- Su aguante ante cambios bruscos de temperatura (aguanta alrededor de 200ºC de diferencial de temperatura en la superficie del vidrio)
- Su alta resistencia frente a un impacto.
- Su forma de rotura lo convierte en un vidrio de seguridad, a diferencia de un vidrio convencional sin ningún tratamiento el vidrio templado rompe en fragmentos pequeños y sus bordes no presentan aristas cortantes.
El proceso de templado presenta un inconveniente, su rotura espontánea , dicha rotura se debe a inclusiones de sulfuro de níquel que presenta el vidrio base, dichas inclusiones son estables e imperceptibles al ojo humano, pero que durante el proceso de templado experimentan un cambio de fase, incrementando su volumen pudiendo ocasionar la rotura del vidrio, dichas roturas son esporádicas y pueden producirse hasta 10 años después de su fabricación.
Existe un test para identificar este fenómeno, el Heat Soak, que consiste en introducir los vidrios en una cámara y calentar hasta los 290ºC para después dejar enfriar y provocar así el cambio de estado del sulfuro de níquel,con este tratamiento se reduce el riesgo de una posible rotura una vez instalado, dicho test no es infalible y es bastante costoso.
Ante este tipo de roturas espontáneas ni el fabricante ni el transformador de vidrio se hacen responsables de su reposición.